Pese a que Álvaro y Paula son hermanos, encuentro muchas diferencias significativas entre ellos. Y me resulta curioso que, pese a educarles de la misma forma y transmitirles los mismos valores, cada uno tenga su propia personalidad y sean tan, tan diferentes.

Álvaro ha sido siempre un niño bastante introvertido, le costaba y le cuesta irse con la gente, es muy tímido (incluso con gente a la que está acostumbrado a ver), y le cuesta hacerse a los cambios, sean de la naturaleza que sean. Es como si tuviera unas pautas establecidas muy rígidas que le impiden desmarcarse. También he de reconocer que cada vez le cuesta menos, y es mucho más sociable a día de hoy.

En cambio Paula, por lo que veo en estos primeros meses de vida, y si no cambia, es una niña extrovertida, que se ríe con todo el mundo y le encanta que estén pendiente de ella y diciéndole cosas, sea quién sea. Además, parece que se adapta muy rápido a los cambios.

Ambos son niños que comen y duermen bien, algo en lo que son idénticos. Quizá destacar que Álvaro prefería dormir a comer; mientras que Paula prefiere comer a dormir. No obstante, no puedo tener queja de ninguno en este sentido.

Y en cuanto a las diferencias físicas, también éstas son notables. Álvaro es rubio de pelo liso y de piel blanca y delicada (cuando era más pequeño siempre tenía que llevar cuidado con su piel, por la dermatitis atópica). Sin embargo Paula es morena con el pelo ondulado y piel oscura.

Cada vez que Álvaro se ponía malito, cogía una gastroenteritis, mientras que Paula, es más de moquetes y resfriados. Otra diferencia entre ellos es que mi pequeño casi siempre se hacía pis cuando le íbamos a cambiar el pañal, en cambio Paula nunca.

Así que ya veis, cada cual más diferente del otro… Por lo menos de momento. Pero sí es cierto que ambos son niños buenos, cariñosos y que pese a las diferencias, son lo que más quiero en este mundo.