La pasada semana, los peques cogieron las vacaciones de Semana Santa.

Con el término de este trimestre, un nuevo boletín de notas llegó a casa. Sé que con 5 añitos recién cumplidos es pronto para exigir o para enorgullecerse, pero la verdad que estoy más que contenta con mi niño.

Ya lo he comentado en alguna ocasión, pero es que este año Álvaro me ha sorprendido tan gratamente, que a veces, me da un poco de miedo. Su afán por aprender, su querer más y más a todas horas, incluso en las horas de juego, hace que piense muchas veces, que ojalá este interés dure siempre.

Le encanta jugar, pero le gusta más aún ponerse a escribir, a dibujar, a leer, a formar palabras, a sumar, a aprender palabras en inglés, etc.

El avance que día a día veo me gusta, y sólo espero que cuando llegue el momento de ponerse a estudiar y hacer deberes en serio, no se niegue a ello y disfrute como ahora.

Y la pequeña de la casa, ¿qué decir de ella? Que ya sea porque es segunda y niña o porque espabilada es un rato.. A día de hoy tenemos todo más que conseguido, menos dos cosas: Primero recoger los juguetes, que le cuesta y mucho. No quiere ni oir hablar del tema y cuando le dices que recoja algo te contesta así con todo su morro: «No mamá, tú». Y en segundo lugar, la piscina todavía le impone y aunque no tiene nada que ver con la niña que iba hace unos meses, todavía no nos hemos adaptado al medio acuático.

Y ahora toca disfrutar de estas merecidas vacaciones quienes las tengan y disfrutar con los peques todo lo que se pueda.