Durante estos primeros meses de vida del bebé, los juegos con ellos consisten en proporcionarles una serie de estímulos para que empiecen a hacer cosas, situarse, fijar la mirada, reconocer la voz de mamá y papá, etc.
Por eso es tan importante ponerse junto a él y hablarle cariñosamente. Un buen juego con el que podemos practicar en este momento es situando al recién nacido boca abajo y colocándonos nosotros frente a él, empezar a hablarle de forma afectiva y amorosa para conseguir que mire hacia donde estamos.
Con este juego conseguimos que levante la cabeza y así empiece a fortalecer los músculos de los brazos, de la espalda y el cuello.
Al principio intentará levantarse durante unos instantes, pero poco a poco conseguirá incrementando el tiempo de aguante hasta poder sostenerse con los brazos durante un largo tiempo.
A los bebés no les gusta demasiado esta postura, por lo que no se preocupe si nada más ponerle boca abajo empieza a llorar. Es cuestión de ir acostumbrándole poco a poco.