Los niños, como he comentado en alguna ocasión, están en el vientre materno muy a gusto y sin ninguna preocupación, protegidos de cualquier elemento externo y con la seguridad de que su madre está ahí en todo momento.
Al nacer y verse solos antes un nuevo mundo, se encuentran indefensos y la única forma de comunicarse es a través del llanto, de ahí que sea de vital importancia aprender a interpretar el llanto de tu hijo en el menor tiempo posible. Esto favorecerá tu relación con el pequeñín y en cuanto te vea aparecer y escuche tu voz estará seguro.
Hay diferentes tipos de llantos. En mi bebé interpreto los siguientes:
–El llanto de que no está a gusto, ya sea porque tiene el pañal sucio o porque tiene frío o calor.
–El llanto de hambre, es un llanto que se va intensificando y que en Álvaro es desgarrador.
–El llanto de que le duele algo, porque es constante y no le puedes consolar con nada.
–El llanto de que te necesita, porque quiere tu cariño y sentir tu calor y al tomarlo en brazos se calla.
-Y, por último, el llanto empachoso o de irritabilidad, cuando empieza a tener sueño, está cansado o no se entretiene con nada.
Una vez hayáis identificado los llantos de vuestro pequeño, todo será más fácil. Yo nunca hubiera imaginado que podría identificarlos ya que, al fin y al cabo, son llantos. Pero las mamás poco a poco van habituándose y en función de las horas, y el resto de necesidades, es muy fácil entenderlos y poner remedio.