Ayer día 6 de mayo, mi pequeña princesa cumplió 2 añitos, dos intensos años que pese a sonar a tópico, NO CAMBIARÍA POR NADA DEL MUNDO.

Durante todo este tiempo, hemos aprendido tantas y tantas cosas que no sabría con cual quedarme. Te quiero taaaanto…

No me diste un buen embarazo, realmente fue horrible entre vómitos, nauseas, dolores (aunque lo repetiría todo sin dudarlo por volver a tenerte junto a mí), pero sí tuve un parto perfecto, rápido, sin apenas dolor y la sensación de poder sacarte yo misma para ponerte a continuación sobre mi pecho. ¡Qué sensación tan indescriptible!

Reconozco que hubo un momento que papá y yo dudamos si podríamos llegar a quererte tanto como queríamos a tu hermano. Pero esas dudas se desvanecieron conforme crecías en mi interior y no hubo restos el mismo momento que te tuvimos junto a nosotros.

Tu alegría, tu simpatía, esos ojazos negros que me tienen cautivada, tu picardía, tu mala leche… todo me encanta y me recuerdas tanto a mí.

Me encanta despertarte por las mañanas y ver tu sonrisa de felicidad al verme, cómo te vuelves loca de contenta echándome tus brazitos frágiles y tan llenos de amor y cariño para que te coja y te estruje contra mí.

Y fíjate, ya tienes dos añitos y pese a que el tiempo ha transcurrido demasiado rápido, tengo la sensación de haber disfrutado muchísimo de ti, por la experiencia previa que ya tenía con tu hermano y que ha hecho que cometa menos «errores», o por lo menos eso creo yo. Pero la maternidad, como el resto de la vida, de eso se trata, de aprender mutuamente, sacar cosas positivas, aprender de los errores y quedarse con lo que uno quiere.

Pero al final, todo esto da igual, lo importante, lo que me llena es que me quieres, que quieres a papá y que siempre estás buscando a tu hermano para jugar o chincharle un poquito. Y sí, lo admito, no hay nada más bonito y más satisfactorio para una madre que ver a sus hij@s, a los herman@s, jugando y divirtiéndose juntitos, abrazándose, dándose besitos y demostrándose día a día lo que se quieren, aunque haya días que no todo sea tan bonito y no hagáis otra cosa que pelearos.

Sólo por esto, SOY LA MAMÁ MÁS AFORTUNADA DE LA TIERRA!!!! Todo lo demás, lo material, no tiene ninguna importancia. Lo importante es el gran equipo que formamos los cuatro y lo que os quiero. Y por supuesto, saber que eres una niña feliz!!!

¡¡¡FELICIDADES PRINCESA….Y QUE CUMPLAS MUCHOS MÁS MI AMOR!!!