Las primeras semanas del bebé, según mi experiencia, podría decirse que es un período de adaptación de ambas partes.

Por un lado, el bebé está en un mundo nuevo, lleno de luces, sonidos, sensaciones de frío y calor, risa y llanto, y eso es algo nuevo y diferente a lo que estaba acostumbrado. En el vientre de la madre estaba calentito, seguro, cobijado, comiendo cuando tenía hambre y ajeno a cualquier tipo de perturbación.

Periodo de adaptacion

La verdad es que lo pienso y el cambio tiene que ser brutal para un ser tan indefenso. Leí en un artículo que para que el ser humano pudiera valerse por sí mismo al nacer, como cualquier otro animal, tendría que estar un año más en el vientre de la madre, tiempo necesario para que el niño naciera sabiendo andar y con los primeros dientes que le ayudaran a comer.

Y por otro lado, para los padres. Acostumbrados a un ritmo de vida como el actual, en el que los dos trabajan y apenas tienes tiempo para nada, de repente tienes a tu niño en brazos y la incertidumbre y las dudas planean sobre tu cabeza.

Al principio no sabes por qué llora, no sabes cómo cogerle, y eso sin tener en cuenta el tiempo que te ocupa hasta que te planificas y te empiezas a adaptar a sus horarios.

Pero de todas formas, sólo el instante en el que te dedica una sonrisa o le ves feliz, no lo cambiaría por nada del mundo, además de que se te olvida todo lo demás.