No sé hasta donde llegaré, pero me apetece tener una continuidad con este relato, así que ahí va la tercera entrega.
Si quieres ver las anteriores, pincha aquí para ver la primera y aquí para ver la segunda.
Decidido, se levantó, se metió en la ducha dejando caer el agua sobre su cara y su cuerpo y se arregló para salir en su busca.
Ni siquiera se había parado a pensar qué le diría o cómo reaccionaría ella, pero una cosa tenía clara: necesitaba mirarla a los ojos y entender algunas cosas que le habían hecho sufrir mucho.
Tampoco estaba muy seguro de dónde buscarla… o tal vez sí.
Arrancó el coche y se encaminó al río, aquel lugar donde se habían visto en secreto tantas veces y que una vez más, tantos recuerdos le provocaban.
Al llegar, paró el motor y descendió. Respiró profundamente y dejó que el fluir del agua le tranquilizara. Echó un vistazo alrededor pero no había nadie justo donde él estaba.
Necesitaba saber la verdad de sus labios. Nunca creyó nada de lo que le dijeron aunque no tuvo más remedio que aceptarlo.
octubre 13th, 2013 @ 10:56
Ains…
Es lo malo de las historias por entregas… Que cuando le estás cogiendo el regustete… ¡Ala! Hasta la semana que viene… ¿Dónde estaba ella? ¿Tras los «argustos»? (así decía Nano a los arbustos.
Un besazo!
octubre 13th, 2013 @ 23:32
¿Por qué no publicas la continuación mañana? Necesito saber más. 🙂
Me encanta
Besitos
octubre 27th, 2013 @ 16:06
Me esta gustando mucho la historia, a ver que dice ella…