Últimamente tengo un poco abandonado el blog, pero es que es no llego por más que lo intente.
Las únicas horas disponibles para escribir son de 11 a 1 de la noche, cuando he acostado a los niños, hemos cenado y recogido un poco.
Y os podéis imaginar las ganas que tiene una de ponerse a pensar en un tema y conseguir que le salgan las palabras con sentido. En cuanto me siento en el sofá a esas horas después de levantarme a las 7 de la mañana y estar todo el día batallando entre trabajo, casa y niños, bastante hago con interactuar con mi gente del facebook de Diario De Una Madre, compartir algún artículo o enlace interesante y…, poco más.
Mi cabeza ya no puede más y a veces echo en falta tener un poco más de tiempo; aunque por otro lado, reconozco que me gusta estar tan “atareada” y casi me cunde más que cuando lo tengo todo más controlado.