Desde hace unos meses que conocí la existencia de “El Bosque Encantado”, no veía el momento de ir con los peques y pasar un día estupendo disfrutando de la Sierra y la naturaleza en familia.

Un bosque encantado y mágico donde, pese a no ver duendes, elfos o gnomos, los seres mágicos están presentes en cada rincón, en cada lugar y si cierras los ojos, seguro que los ves en tu imaginación.

Caballos con carruajes, elefantes, ciervos, tigres, leones, cisnes, jirafas, una banda tocando, bailarinas bailando, un hombre tocando el piano, una fuente con delfines, un unicornio, el monstruo del Lago Ness, dinosaurios, pingüinos o un espectacular tren, entre otros, son algunas de las figuras más impresionantes que te puedes encontrar. Y tampoco nos olvidamos de los personajes de cuentos como Pinocho, Blancanieves y Los Siete Enanitos o Peter Pan con su inseparable Campanilla.

Os puedo asegurar que El Bosque Encantado no te defrauda, un pequeño oasis de gran belleza  en medio de la montaña donde además de paz y tranquilidad se respira aire puro y donde la fantasía más pura te invade. Un lugar de ensueño ambientado con música de relajación donde ves auténticas obras de arte hechas sobre el propio jardín y donde perderte por los laberintos de jardines es un placer para los sentidos.

Los niños se quedaban con la boca abierta a cada figura que reconocían, corrieron, saltaron y jugaron en el área infantil.

Varias rutas, cada cual con más encanto, que te trasladan al mundo de Eduardo Manostijeras en un entorno inigualable.

En El Bosque Encantado podrás disfrutar de más de 500 especies de árboles y plantas de todo el mundo, de entre las que destacan la montaña de bonsáis, la gran colección de cactus y las más de 300 esculturas vivientes de tamaños imposibles realizadas por los mejores artistas de arte topiario de Europa.

Los niños y los mayores podrán perderse en el Laberinto Mágico (parece fácil pero una vez dentro, varias vueltas tuvimos que dar para poder salir), oír el ruido del agua proveniente de las cascadas naturales y arroyos del jardín… en fin, todo un paraíso de ensueño donde pasar un gran día, relajarte del estrés diario, pero, sobre todo,  un gran lugar para pasar una estupenda jornada con la familia y los peques de la casa.

Mi hijo ya me ha preguntado varias veces cuándo volvemos a ese parque tan chulo.

Y sin lugar a dudas, era lo que necesitaba para cargar las pilas y empezar la tarea diaria. Así que ya sabéis, os lo recomiendo plenamente.