El tren cogió una velocidad de vértigo cuando salió de la estación. Todos los viajeros se acomodaron en sus respectivos asientos para disfrutar del viaje.
El señor Winnie iba charlando animadamente con Don Tigger. La pequeña Dora buscaba algo en su mochila mientras que Mamá Osa iba contándole a su hija Nenuco lo que veían por la ventana y es cuando vieron que una audaz mosca les perseguía.
Entre tanto, el revisor Don Caracol hizo acto de presencia tras subir el último peldaño del vagón, y todos se dispusieron a enseñarle los billetes. Unos eran papeles de colores, otros pegatinas, incluso alguna chapa había también.
Pero de pronto algo les interrumpió y el tren tuvo que descarrilar para detenerse. La puerta de la habitación se abrió:
-Cielo, vamos a comer, ya está todo listo.
-Vale, voy en cuanto recoja los juguetes. ¿Mamá, tú crees que los juguetes tienen vida propia?
septiembre 8th, 2013 @ 12:00
jajaja que chulo y me he quedado a medias!!! el niño se ha ido a comer, eso no se hace!! jajaja 😉 Muy bueno!
Besos
septiembre 8th, 2013 @ 12:53
Que historia mas bonita, todos en el tren!!!
Y que buen mensaje el que los niños recojan!!
Besos Molones
septiembre 8th, 2013 @ 22:03
¡¡¡que imaginación!!! y que bien educado que recoja todo y yo personalmente pienso que los juguetes tienen vida propia.¡¡¡sería chulísimo que fuera así, menos los tanques y juguetes de guerra.
septiembre 8th, 2013 @ 23:59
Hola preciosa!
Qué megamix de personajes más chulo! Mientras conserven su inocencia, los niños serán capaces de darles vida… Bonita historia!!
Un besito! 🙂
septiembre 9th, 2013 @ 13:29
Jajaj, me ha encantado!! Pero también necesito más!! Al estilo de la Doctora Juguetes, serie que me encanta, ME ENCANTA, dar vida a los juguetes es una diversión estupenda.
Besos especiales.
septiembre 9th, 2013 @ 15:52
Bonito relato! Es genial cuando los niños se abstraen con sus juegos!
Besos y feliz semana!!