Cada vez estoy más convencida de que los juegos sencillos y económicos son los que a la larga más partido se le sacan. Y cuando miro algunos de los “carísimos” y “aparatosísimos” juegos de mis hijos, a los que nadie hace el más mínimo caso, más ratifico mi teoría al respecto.

El juego que hoy os quiero mostrar, es uno de esos juegos ideal para que jueguen los niños solos, de forma individual o con más amiguitos, pero también es perfecto para jugar en familia, para reírse y pasar un ratito más que divertido.

Y para ello sólo necesitamos unos bloques de madera pintados y un par de dados. ¿Nos lo podemos pasar tan bien con esto solo? Si no te lo crees, descúbrelo por ti mismo.

Para empezar, hay que construir la torre mezclando las piezas de colores, unas en vertical y otras en horizontal. Una vez la tengas lista, hay que tirar el dado para que te diga un color. Ese será el color de la pieza que tienes que intentar extraer de la torre sin que esta se caiga. Una vez conseguido este paso, tienes varias versiones de juego: a) puedes guardarte la pieza para ver quién consigue sacar más; o b) puedes volver a poner la pieza, pero esta vez encima de la torre, evitando de nuevo que la torre se caiga, porque sino… ¡Perderás la partida!

Aquel que haga caer la torre es el que pierde la partida. Al principio es fácil pero poco a poco, a medida que se quitan piezas, la torre se vuelve más inestable y cualquiera puede hacerla caer.

Y si esto ocurre, ¡a volver a construir la torre para iniciar una nueva partida!

Con este juego muchas son las cualidades con las que tus hijos pasarán horas de diversión:
-Habilidad manual: Aprender a coger los bloques, colocarlos de una determinada forma y quitarlos con sumo cuidado para evitar que se caigan.
-Socialización: Jugar con más niños para aprender unas normas de juego, turnos de espera, etc.
-Razonamiento: Razonar qué pieza sería la más conveniente quitar o cuál no.
-Juego en familia: Un juego en el que toda la familia puede pasar un ratito divertido no tiene precio.

La Torre de Colores está recomendada para niños a partir de 6 años, pero mi hija con 4 juega perfectamente (incluso cuando tenía 3) y además de poder participar en un juego con su hermano y nosotros, aprende y perfecciona los colores.