Siempre he pensado que los niños pueden llegar a ser muy crueles con otros niños, ya sea por una falta de educación, por verse superiores a otros, por encontrar la forma de menospreciar a quien tenga gafas, sea gordito, sea más alto o más bajo, porque vista de una u otra forma, en definitiva, porque sea diferente al resto y en otros muchos casos, diferente a esa persona. Y esto ha sido algo que siempre me ha preocupado, quizá porque yo misma lo viví en propia persona en cierta manera.
De pequeña estaba gordita, tenía gafas, durante una época llevé zapato ortopédico y me negué rotundamente a ponerme aparato, pese a que lo necesitaba y por más que mi madre se empeñó. Afortunadamente, tuve una personalidad fuerte y propia para hacer que las cosas no me afectaran en demasía y mi complejo no fuera in crescendo. La gente que no me respetaba ni a mí ni a los demás no merecía la más mínima preocupación y supe hacerme fuerte ante las adversidades a medida que iba creciendo.
Por eso, desde que me convertí en madre, una de mis preocupaciones ha sido el respeto a los demás sea como sean. Y sobre todo tratar de que mis hijos lo entiendan y aprendan rápido y nunca se sientan superiores o traten de forma soberbia o injusta a otros niños. Y, por supuesto, en el caso de que se lo hagan a ellos, sepan reaccionar educadamente y comprendan que no merece la pena acomplejarse por algo así. La belleza está en el interior aunque el físico sea lo que entra por los ojos al primer golpe de vista.
No se es mejor por ser de una forma u otra, por vestir de una determinada manera o por llevar gafas, que dicho sea de paso, ahora son monísimas. Los niños tienen que aprender a respetar a los demás, ser educados y no verse superiores por este tipo de aspectos. Y eso, pasa por una buena educación desde casa. Somos su modelo a seguir y si nosotros no somos respetuosos con los demás, ¿cómo pretendemos que lo sean ellos? También es cierto que siempre puede haber excepciones.
Mi hijo tiene 6 años y ha sido este año cuando ha hecho algún comentario respecto a otros niños, por supuesto no de forma despectiva, sino sobre las diferencias de unos y otros y en todo momento he tratado de explicarle las cosas para que las entendiera y las respetara.
Soy consciente que a estas edades son aún niños y no saben muy bien lo que dicen y en muchos casos lo hacen de forma ingenua, pero si desde un principio no se les trata de explicar las cosas y enseñarles que hay que ser respetuosos con los que no son igual que uno, llegará un momento que esa diferencia se convertirá en burla y desprecio.
En su clase hay 2 niños chinos y os aseguro que todos les adoran y aunque saben que tienen unos rasgos diferentes a los suyos, nunca he oído a ninguno decir algo despectivo al respecto. También hay niños con gafas y lo mismo. Supongo que a estas edades son aún pequeños para hacerlo con malicia, pero también soy consciente que los padres muestran respeto a los demás y eso se traduce en una buena educación hacia los niños. Por eso estoy tan encantada con el colegio y la clase de mi hijo sobre todo.
Los cánones de belleza actuales no son los más idóneos para ellos, pero espero de nuevo volver a estar a la altura de las circunstancias cuando llegue el momento. Todavía son algo pequeños pero es cierto que cuanto antes aprendan ciertos valores, mejor los sabrán aprovechar.
Sí es cierto, que cuando mi hijo en alguna ocasión me ha comentado algo sobre este tema, siempre le he dicho: ¿A ti te gustaría que te dijeran o hicieran esto? Su respuesta automática es NO, a lo que yo siempre le respondo, pues entonces cariño, lo que no te gustaría que te hicieran no debes hacérselo tú a nadie.
De momento esto me ha funcionado y él lo entiende a la perfección, así que me doy por satisfecha.
Pero aún nos queda mucho camino por delante y seguro que algún que otro disgusto por medio.
«Hay vida después de los seis años» es una iniciativa en la que queremos implicar al mayor número posible de blogs con el fin de hacer más visibles los problemas y situaciones que viven las familias con niños que han dejado ya atrás la primera infancia. Hijos en edad escolar, preadolescentes, adolescentes… todos tienen cabida aquí. Si estás interesado en aportar tus experiencias sobre el tema propuesto, no tienes más que publicar bajo el hashtag #hayvidadespuesdelos6 el tercer lunes de cada mes.
julio 21st, 2014 @ 9:35
Tan duro es ser el objeto de las burlas como lo que subyace detrás del que las emite..
Aterrada estoy ante no saber como afrontar ambas cosas…
julio 21st, 2014 @ 9:56
RUTH…así es! A mí también me aterra vivir todo esto con mis hijos y no estar a la altura, no saber qué hacer o no saber enseñarles y educarles. ¿Quién ha dicho que tener hijos es fácil?
julio 21st, 2014 @ 12:36
Te iba a decir que aún me quedan años, pero no es así, en nada comiezan con ese tipo de cosas, y está en nuestras manos enseñarles el respeto hacia los demás, y hacia uno mismo, claro.
julio 21st, 2014 @ 15:01
Ains Marta, que no quedan tantos años como pensamos. A mí me ha pasado lo mismo. Lo pienso y me pongo a temblar…
julio 21st, 2014 @ 19:45
Comparto al cien por cien buena parte de las cosas que argumentas. Especialmente importante me parece hacer hincapié en esa idea de que para los padres, casi es tan importante que nuestros hijos no sean objetos de burlas como que ellos sean los que se burlen del resto. En cierta medida no podemos controlar ninguno de los dos aspectos, pero sí educarlos para que no caigan en el segundo. También coincido plenamente en que hablando las cosa claras, desde el principio, trabajamos en el buen camino. Parece que son pequeños, pero de verdad que estoy segura que les queda un poso. Es cierto que después cada niño tiene su carácter, y eso también influye en la forma en la que se comportan con los demás. Pero sean más dóciles o pendencieros, más extrovertidos o introvertidos, los valores los tendrán dentro. Y eso es lo importante.
Bienvenida al #hayvidadespuesdelos6. Es un placer contar con tus opiniones.
julio 21st, 2014 @ 21:52
si, han de aprender a vivir esa diferencia si son ellos los afectados. Esto lo veo mucho. quieren ser igualitos todos, no destacar para mal, claro… pero hay realidades que no se pueden esconder. cuestión de genes como ser gordito, llevar gafas y otro caso ser diabético… si lo tienen hay que aceptarse y saber vivir con ello no como algo terrible sino como algo peculiar tuyo. Porque es una realidad y no la puedes ocultar….
julio 21st, 2014 @ 22:10
Educar en el respeto!!!!! Olé. Esa es la clave.
Felicidades
julio 23rd, 2014 @ 3:24
Totalmente de acuerdo con lo que expones, Noe. Somos los padres los que tenemos que enseñar a nuestros hijos desde que son bien pequeños a ni hacer burlas de los defectos de los demás. A mí mw obsesiona conseguirlo
Genial reflexión! Um abrazo!!
julio 25th, 2014 @ 8:28
De acuerdo en todo, es fundamental educar en el respeto a las diferencias, a lo diferente. Aunque a veces sea ir contracorriente, en casa explicas una cosa y en el cole le dan la vuelta. Para mi es muy importante que mi hija se quiera tal y que la respeten del mismo modo que ella tiene que respetar.