Diario de una madre

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La Maternidad de la A a la Z: S de Sinovitis

azmaternidad_okVolvemos una semana más al Gran Carnaval de la Maternidad. Y ya sí que sí es la recta final. Últimas letras para completar este gran Diccionario de la A la Z, una gran idea de Trimadre a los 30.

La palabra que tenía pensada para la S desde hace un tiempo, está relacionada con la S de Salud, porque mucho tiene que ver con ella, ya que se trata de una enfermedad. Así que sin más preámbulos, me adentro en la S, pero de Sinovitis.

Wikipedia nos lo explica muy bien:

Sinovitis transitoria de cadera
La sinovitis transitoria de cadera es una enfermedad que afecta sobre todo a niños de entre 3 y 8 años y provoca dolor en la región de la cadera o ingle de inicio brusco y cojera. Está provocada por una inflamación de la membrana sinovial (sinovitis) que envuelve la articulación de la cadera, el origen de la sinovitis es desconocido aunque se han postulado diferentes teorías para explicar su aparición, como la existencia de una infección por virus.

Se trata de un proceso benigno que evoluciona favorablemente y desaparece por si mismo sin dejar secuelas en un plazo de tiempo variable de alrededor de 10 días, aunque en ocasiones puede recidivar. El tratamiento consiste en la administración de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y la realización de reposo. Si el dolor se prolonga más de 10 días puede ser necesario realizar un estudio detallado para descartar la existencia de otras enfermedades que pueden dar síntomas similares, como la enfermedad de Perthes.

La salud es algo a tener muy en cuenta, pero cuando la maternidad llama a tu puerta, la que prima es la salud de ellos, de los bebés y tú acabas pasando a un segundo plano, aunque haya toques de atención de tu cuerpo que debes tener presentes. Está claro que debemos cuidarles, pero no olvidemos que nosotras también debemos hacerlo (yo la primera).

En unos días, serán 6 los años que soy madre y si me preguntas cuál ha sido mi peor momento como madre, sin dudarlo te digo que este, el que te describo a continuación.

stcCon Álvaro lo pasé realmente mal en muchas ocasiones, (mal de ponerse malito, de no saber qué hacer en determinadas ocasiones), ya que el pobre cogía catarros cada dos por tres además de muchas gastroenteritis, llegando hasta el punto de ingresos hospitalarios. Pero en uno de estos virus varios, la cosa se complicó y mucho y para mí ha sido el peor momento como madre, en el que más miedo he pasado porque le pudiera pasar algo y en el que mi tranquilidad brillaba por su ausencia.

Todo empezó con una laringitis, la cual le derivó una semana más tarde en una sinovitis de rodilla para acabar incluso en una artritis.

Recibí una llamada de la guardería alertándome que apenas si podía andar y que estaba muy irritable. Automáticamente fui a por él y le llevé al hospital. Una vez allí, tras examinarle, me dijeron que todo indicaba a una sinovitis de cadera (que son las más comunes).

Tras un proceso vírico, puede producirse una inflamación de las articulaciones de la cadera y rara vez bajar más abajo hasta la rodilla.
Esta dolencia, tanto de cadera como de rodilla, suele afectar más a los niños que a las niñas, aunque también puede darse el caso.

Normalmente suelen ser unos días de reposo hasta que la inflamación baje, pero en nuestro caso y tras estar en el hospital un día entero mirándole traumatólogos y pediatras la cadera, nadie parecía saber qué tenía el niño, hasta que yo comenté que a mí me daba la impresión que tenía la rodilla hinchada.

Fue en ese momento cuando todos se fijaron en ella. Efectivamente, de ahí venía todo, no de la cadera, que por más que la miraban no encontraban nada (ahora suena hasta gracioso pero en aquel momento…).

A raíz de eso, empezaron más pruebas: radiografía, ecografía, gammagrafía, varias analíticas e incluso tuvieron que sedarle para hacerle una extracción del líquido que se le había salido de la rodilla para analizarlo y ver que no estuviera infectado, ya que de ser así, la cosa se complicaría aún más porque podría afectar al hueso.

Nunca olvidaré aquella imagen cuando una vez sedado le cogieron en brazos, desnudo, como un cuerpo sin vida y se lo llevaron para hacerle la punción. En ese momento me derrumbé.

3241Ese día y los restantes 8 ó 9 que estuvo ingresado fueron un auténtico calvario, porque cada día venía un especialista y pediatra diferente a mirarle y ninguno sabía decirnos qué le pasaba al niño. De hecho, una enfermera conocida nos llegó a decir que se reunían todas las mañanas para hablar sobre el tema e intentar saber qué pasaba.

Álvaro se arrancaba la vía y al final tuvieron que ponérsela en el pie, no consentía moverse y mucho menos andar. Otra imagen que recuerdo perfectamente es cuando le tenían que sacar sangre en aquellos días en el hospital… 4 ó 5 enfermeros sujetándole y no podían con él… gritando mi nombre y que no le pincharan más… ufff, aún hoy en día me pongo a temblar. Pero es que cuando nos dieron el alta, el niño seguía sin querer apoyar el pie en el suelo porque decía que le dolía. Nos dijeron que no le obligáramos, que cuando él notara que ya no le dolía, poco a poco iría queriendo apoyar el pie… pero se hizo taaaaannnn eterno.

Así estuvimos más de dos meses (creo que incluso algo más)… y poco a poco conseguimos que fuera andando, apoyando el pie, pero iba cojo, sin apoyar mucho y como si tuviera dañada la cadera. Creo que esas semanas eternas fueron las peores (más aún que cuando estaba ingresado) porque no le veía mejoría y tenía miedo de que no pudiera andar bien o tuviera algún problema el día de mañana con el crecimiento.

Más de un año estuvo en revisiones continuas hasta que milagrosamente empezó a enderezarse, a andar bien y a no quejarse al correr y por fin nos dieron el alta médica.

No os podéis imaginar la angustia que pasé, pero sobre todo el miedo que sentí, ese que os contaba en este otro AZ. Lloré todo lo que pude y más, me desesperé no viendo ninguna “evolución” en él, y siendo como era que ni siquiera quisiera hacer el intento de apoyar la pierna.

Oír a los pediatras y traumatólogos hablar entre sí sin saber qué le pasaba al niño, trayendo varios días a otros diferentes a ver si entre todos daban con lo que podría ser, en definitiva, una angustia, una sensación difícilmente explicable.

bebeSin duda, fue mi peor momento como madre, algo que no se lo desearía ni a mi peor enemigo, pero a pesar de todo, supongo que de esto se trata la maternidad, con estas adversidades se forja aún más el amor incondicional por tus hijos, esa idea que se pasea por tu cabeza constantemente de: “¿por qué le ha tenido que pasar a él? Que me pase a mí y que mi pequeño no siga sufriendo”,… pero esto es así.

Después de aquello, después de aquellos meses, mi pequeño gran hombre apenas si se ha puesto malo, creo que debió pensar que ya lo había pasado lo suficientemente mal, incluso hemos estado 2 años largos sin querer ir al pediatra o poniéndose como un loco cuando tiene alguna revisión, y es que yo creo que aún recuerda aquel trauma por el que pasó y no es para menos.

Os aseguro que de todo este tiempo, de estos 6 años como madre, ese periodo es el único del que no voy a sentir “nostalgia” nunca.

Qué duro es para una madre ver a su hij@ sufrir, sentir la sensación de no saber qué pasa o qué le puede pasar… y hasta que no pasas por ahí no tienes ni idea.

 

«La maternidad de la A a la Z» es un carnaval de blog iniciado por Trimadre a los Treinta que consiste en que cada madre participante describa un sentimiento al que ha descubierto un nuevo sentido con la maternidad, o una faceta de su personalidad que desconocía antes de ser madre. El objetivo es crear en red, colaborando unas con otras, un «Diccionario de madres» con el que reírnos, emocionarnos y conocernos un poco más.

Síguelo en Twitter #azdelamaternidad

Si estás interesada en participar, tienes toda la información a tu disposición aquí.

COMENTARIOS

8 COMENTARIOS to “La Maternidad de la A a la Z: S de Sinovitis”

  1. Historias de pitufines
    marzo 6th, 2014 @ 10:44

    Jope,que angustia, tengo la lagrimilla en el ojo imaginando la situación..uff…
    Me alegro que esté bien,que no le haya afectado en nada físico, aunque el tema psicológico le costará superarlo.
    Un abrazo fuerte

  2. Trimadre a los Treinta
    marzo 6th, 2014 @ 11:22

    Jo Noe… Me ha una pequeña idea de lo que tuviste que pasar… ¡Qué horror! Como genialmente describes, lo más desazonador tuvo que ser la incertidumbre, no saber qué era o si aquello le iba a dejar secuelas…
    Madre mía. Estos momentos nos hacen poner los pies en la tierra y conectar con las cosas que de verdad importan.
    Gracias por compartir aquí aquellos duros momentos. Y qué bien que al final se quedasen sólo en un susto!!!!
    Un abrazo emocionado!

  3. Marta
    marzo 6th, 2014 @ 20:32

    Noe, te leí en el tranvía, desde el móvil y me dije en cuanto tenga un ordenador comento que desde el móvil, se pierde todo.
    Vuelvo a leerte, y me da un «noséqué», porque cuando somos madres entendemos muchas cosas que nos pasaban de pequeñas con nuestros padres. LA salud es lo más importante, y no saber cómo están, o los porqués de algo que les sucede es horrible.
    Recuerdo una primera fiebre en la guardería. Pero también una malísima en la petite cuando fuímos a Zaragoza. Menos mal que estábamos con mi familia, que entre maestros y pediatras…
    O una ecografía a l’aînée porque no engordaba, y escucharla llorar en el box…
    Se pasa fatal.

  4. El rincón de Mixka
    marzo 6th, 2014 @ 23:08

    Jolín Noe, qué angustia tuviste que pasar. Y el peque, pobrecito mío… Cuando has relatado el momento anestesia se me ha puesto un nudo en la garganta.

    No había oído nunca de esta dolencia y me ha parecido curioso que al final fueras como quien dice tú quien reparó en la rodilla.

    Estas cosas nos hacen más fuertes y nos unen más, si es que eso es posible.

  5. paula sd
    marzo 10th, 2014 @ 15:29

    Es que se pasa mal. Y otros lo tratan como «bobadas» y no entienden tus preocupaciones…Pero qué hacer cuando a tu hijo le surge algo que tú, la madre, la protectora, la resuelve problemas, no puedes solucionar con un beso o un te cojo en brazos?
    me alegro de que este episodio terminase, y tan bien.
    besos

  6. Lois Nenufar
    marzo 11th, 2014 @ 17:55

    Ay Noe, que fuerte…no me puedo hacer una idea de lo que tuviste que pasar, porque tuvo que ser durisisisimo. Pobrecico mío…
    Nunca había oído hablar de tal cosa, lo que me parece alucinante, es que siempre que no saben que es una cosa…es un virus!!
    Lo bueno es que todo pasó…un besazo reina!!

  7. Almu
    marzo 11th, 2014 @ 21:47

    Ay, Noe… ¡qué mal tuviste que pasarlo! Tú, él y toda la familia… mira, afortunadamente ya quedó atrás y has visto lo fuerte que es Álvaro y lo fuerte que eres tú. Quédate con eso, saca lo bueno. Y a tirar para adelante. Aunque seguro que no tienes que pasar por algo así de nuevo.

    Me he quedado alucinada con cómo se puede complicar algo así… no tenía ni idea.

    ¡¡Un abrazote muy fuerte, campeona!!

  8. Infancia en familia
    marzo 11th, 2014 @ 22:46

    Ya se pasa mal cuando un hijo tiene fiebre, cuanto peor cuando lo tienes ingresado. Y ya no solo eso, sino que la incertidumbre además aviva a más trágica la situación y a veces nuestra imaginación de que puede ser o que pasará nos hace pensar cosas horribles.
    Me legro que todo haya pasado y que sigáis disfrutando todos juntos

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