¡A las buenas noches! Ya estamos en la edición número 17 de este gran Carnaval de la Maternidad organizado por Vero y co-organizado por Nieves y Pao. Y lo mejor de todo es que para mí es la número 16, es decir, que en una semana más me habré puesto al día… Yupi!!!!

Hoy me aventuro con la F de Fotopesada.

Foto+Pesada: El arte y la técnica para obtener imágenes duraderas de alguien muy cansino, en este caso, la madre.

Si ya de por sí, una, osea yo, ya era pesada con las fotos antes de tener niños, ahora ya ni te cuento lo cansina que puedo llegar a ser. Algunos amigos de mis hijos hasta me huyen cuando me ven aparecer.

Porque os aseguro que el mejor invento que ha habido en mucho tiempo es el de las cámaras digitales (y después el de los móviles actuales), por lo menos en cuanto a mi economía se refiere. Aunque bien es cierto, que al principio de los principios, acababa sacando todas las fotos, hoy en día yo también he evolucionado y mucho en este sentido, sobre todo en cuanto a practicidad se refiere: YA SELECCIONO MUY MUCHO LAS QUE SACO EN PAPEL… ¡Bien por mí!

De fotografía tengo poca idea, aunque pongo ganas y empeño y fotografío todo lo que veo o puedo (tengo pendiente hacer algún día un curso de fotografía en condiciones y entonces… ¡qué tiemblen los de mi alrededor!). Y lógicamente, cuando nació mi primer retoño y ya éramos una Familia Feliz con F también, la cosa empezó a tomar un ritmo vertiginoso.

Mi cámara había días que echaba humo. A día de hoy no sé cómo aún sigue viva (ah no calla, que compramos otra ;-))… y es qué estaba toooooodooooo el santo día con ella a cuestas inmortalizando cada mueca-pose-sonrisa-movimiento de mi pequeño. ¡La cantidad de fotos que tengo de él es impresionante! (y me atrevería a decir, como casi todas, no?) Y por supuestísimo, que ERA EL BEBÉ MÁS PRECIOSO-HERMOSO-BONITO-MARAVILLOSO DEL MUNDO MUNDIAL (y a ver quién era el bonito o bonita que decía lo contrario).

Luego, pasa el tiempo y cuando reviso esas fotos, veo que tampoco eran taaaaaan precioso y que van ganando con los meses…jejejeje. Pero… ¡ahí está y se entiende ese amor de madre, ciego por otra parte en muchas ocasiones!

Y en esa vorágine que me hayo metida de fotos para aquí y fotos para allá, ahora te siento, ahora te tumbo, ahora te pongo de lado, ahora te pillo de improvisto, ahora te cambio de modelito, ahora te pongo un gorro, ahora te doy un juguete, ahora te lo quito, ahora te hago tonterías para que sonrías y muchos más “mira, foto”… sucede que me vuelvo a quedar embarazada y antes de darme cuenta tengo a mi pequeña en brazos. Esos primeros días, ya pudo sentir en su propia piel lo que le esperaba (aunque sin flash, eso sí).

Peeeerooo, ya os digo desde este mismo momento, que el primer hijo no tiene nada que ver con el segundo. Recuerdo que pasaban meses sin hacerle una foto, no por nada, sino porque no me acordaba (ese alzheimer prematuro que me ataca desde que tuve a mi primer hijo se acentuó con el segundo). Y al final, cuando se te enciende la luz en tu cabecita y decides coger la cámara pasan dos cosas:

1)    Haces fotos a los dos hermanos, y al final acabas dándote cuenta que del segundo apenas si tienes solo.
2)    Es muuuuu complicado pillar a los dos en condiciones, cuando no es uno es otro. Así que para conseguir una foto decente, 100 fotos tengo que echar (Vivan las cámaras digitales!!!!)

Después de los primeros 6-7 meses de la peke, cuando realmente me di cuenta de que no había punto de comparación de la cantidad de fotos de uno y otro, decidí poner solución al tema y dejar la cámara a la vista para tenerla a mano en cualquier momento y eso sí funcionó. Además, Álvaro empezó a cansarse del afán persecutorio de inmortalización del momento por mí y tuvimos una época en la que no quería fotos, momento que aproveché para hacerle a Paula y aumentar su book.

Y si no tenía bastante con esto, en los últimos años, aparecen o por lo menos llegan hasta mí, los maravillosos smartphones y sus aplicaciones de fotos… el gran sueño de cualquier FOTOPESADA como yo, y desde entonces, y con el móvil a mano como mi gran aliado, ahí que intento captar cada momento de mis peques, para después retocarlas, ponerles efectos, marcos y demás pijadas, pero que me encantan (antes las hacía con photoshop pero tardaba mucho más).

En todo este tiempo y llegado el día de hoy, a mis hijos les encanta que les haga fotos (y si no les gusta, no tienen otra opción, jajaja). Es más, cuando les digo… ¿os hago una foto? Su respuesta es Siiiiiiii… a lo que acto seguido, la peke dice: PA-TA-TA. (Esto lo lleva diciendo desde que tenía año y medio o incluso antes y todo el mundo se partía de risa cuando la oía, porque a veces incluso lo dice sin ni siquiera mirar a la cámara… es como “Venga, ya está aquí la PESADA de mi madre para hacer fotos… cuánto antes diga patata, antes me deja tranquila”)… jajaja. Y luego tengo a mi dandy, que le gusta posar y va poniendo caras y poses diferentes… y que al final va a resultar ser el gran aliado junto con el móvil de la menda lerenda.

Y siendo así como soy, ¿os podéis creer que no me hice apenas fotos durante el embarazo? ¡Qué rabia me da pensarlo!… porque me hubiera encantado tener una evolución mes a mes o incluso unas sesiones al final del embarazo. Pero ya es tarde…

¿Y vosotras qué opináis? ¿Sois igual de pesadas que yo?

 

«La maternidad de la A a la Z» es un carnaval de blog iniciado por Trimadre a los Treinta que consiste en que cada madre participante describa un sentimiento al que ha descubierto un nuevo sentido con la maternidad, o una faceta de su personalidad que desconocía antes de ser madre. El objetivo es crear en red, colaborando unas con otras, un «Diccionario de madres» con el que reírnos, emocionarnos y conocernos un poco más.

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