He de reconocer que me encanta ser mamá. Soy feliz, disfruto con mis pequeños y no soy capaz de imaginarme mi vida sin mis hijos, aunque haya días que me sature más de la cuenta.
Me agobio, me estreso, me enfado, a veces me pregunto si soy una buena madre y si sabré educar bien a mis hijos; pero otras veces me río, disfruto, compartimos amor y jugamos… y no hay nada comparable con todas estas sensaciones.
Observarles cuando están dormidos (que son ángeles), jugar con ellos, que de pronto se acerquen a ti y te den un abrazo y te digan: “Mamá, te quiero”. Todas estas sensaciones hay que vivirlas en primera persona para conocer su alcance.
Desde luego que hay momentos duros, riñas con ellos, rabietas, malas contestaciones y travesuras varias, pero es lo mejor que a una mujer le puede pasar.
Sin darte cuenta se crea un vínculo tan especial desde el primer momento que ya nada volverá a ser como antes. Te das cuenta que darías tu vida por esas personitas y que son la alegría de tu vida.
Esta tarde hemos pasado una tarde en familia jugando a la oca, riendo, pintando, cantando y aunque Paula todavía es un poquito pequeña, nos lo hemos pasado en grande.
marzo 5th, 2012 @ 19:28
Hola! he visto que te gusta nuestra página http://educarloshijos.blogspot.com y hemos querido chafardear en el Diario de una madre. Enhorabuena por tu blog, muy interesante también y nos ayuda en la difícil tarea de ser papás. Un saludo!
marzo 6th, 2012 @ 23:29
Hola, muchas gracias por tu comentario. Seguro que también nos aportais mucho. Un saludo.