No os podéis imaginar lo que mi pequeño Álvaro ha evolucionado en estas últimas semanas.
Quizá, durante los primeros 12 ó 15 meses de vida, el desarrollo de un bebé es más físico que otra cosa, aunque sin lugar a dudas también crecen en otros aspectos.
El cambio al que me refiero es que Álvaro ya entiende prácticamente tolo lo que le decimos, y empieza a hacernos caso cuando le mandamos algo. Por otro lado, también sabe quién es cada persona, qué tiene que hacer en determinadas ocasiones o qué es cada cosa.
Así que vuelve a dejarme con la boca abierta cada dos por tres.
Por ejemplo, cuando le digo si nos vamos a dormir, si él tiene sueño se viene hacía mí y me da un beso para que le acueste y si no quiere, empieza a decir que no con su cabecita. Cuando subimos de la calle, va siempre al baño para que le lave las manos, si le digo que le lleve algo a su papá, lo coge y se lo lleva y así muchas otras cosas.