A partir del quinto o sexto mes empezó a notárseme la tripita y yo estaba encantada. A partir del séptimo tuve que empezar a ponerme ropa de pre-mamá porque ya empezaba a estar incómoda con la mía.
Los últimos meses de embarazo, la recta final, fueron también muy buenos, sobre todo, porque yo me encontraba estupendamente y no tenía ningún dolor. Además, como ya empezaba a notar a mi pequeño, que no paraba de moverse, fue alucinante.
A partir de la semana 36-37 de gestación, empecé a impacientarme y a preguntarme cómo saldría todo. Supongo que es algo que te viene a la cabeza y no puedes dejar de pensar en ello. De pronto te surgen infinidad de dudas acerca de todo: seré buena madre, sabré educar a mi hijo, podré con todo, etc.
En este momento, considero que el papel de tu pareja es muy importante, ya que su apoyo incondicional y sus atenciones hicieron que fuera fuerte y pensara siempre en positivo y, que juntos, sabríamos qué hacer en cada momento.