No es conveniente que te preocupes más de la cuenta por la talla de tu hijo. Es lógico que las madres nos obsesionemos con la altura, el peso, etc, pero ese estado no es nada bueno ni para nosotras ni para nuestro bebé.
La constitución de tu bebé es la que marcará que sea alto, bajo, gordito o delgado. Esta constitución se verá afectada en gran parte por la herencia genética de los padres, así como será un factor fundamental tanto la alimentación y estilo de vida de la madre y del futuro bebé.
Para medir a los bebés menores de 2 añitos, es necesario tumbarles y que su cabecita haga tope contra una pared o cualquier otra superficie similar. Una vez tumbado y con la cabeza en el tope, hay que estirarle bien las piernas y, con el metro, medir hasta los talones. Aunque parezca así de fácil, no lo es tanto, ya que los bebés tienden a encogerse y eso de estirarles las piernecitas no les gusta demasiado.
Álvaro con seis meses medía 68,5 cm, así que podía estar tranquila porque estaba un par de centímetros por encima de la media.