Hoy Álvaro me ha sorprendido. Tras levantarlo y cambiarle de ropa y pañal, le he dejado un ratito en el parque para que juegue con sus juguetes mientras arreglaba y ventilaba su habitación.
Al acercarme a verle, le he visto enganchándose a la anilla del parque tirando de ella para intentar levantarse. Me he quedado un ratito observándole sin que me viera y era alucinante verle cómo intentaba levantarse una y otra vez.
En una ocasión casi lo consigue, pero se debió soltar y se cayó al parque y se puso a llorar. Menudo susto se debió dar el pobre porque estuvo un buen rato llorando y abrazado a mí.
Pero bueno, nadie dijo que fuera fácil. Lo importante es que él solito ha descubierto que sujetándose a la anilla y estirando puede levantarse. Y estoy muy orgullosa de él. Cada día hace algo nuevo que me deja con la boca abierta. Estoy convencida que en unos días ya se pone de pie en seguida.