Según nos informa Facua-Consumidores en Acción, La Comisión Europea ha adoptado una nueva norma de seguridad para los andadores infantiles con la que pretende dar mayores garantías de estabilidad a este artículo y frenar los muchos accidentes que sufren los pequeños que lo utilizan.
Los andadores son una especie de silla con ruedas que deja los pies del bebé al aire para que él se desplace sin necesidad de saber andar. Sobre todo son aptos para niños de entre seis y quince meses, ya que pese a que todavía no se mantienen en pie por sí mismos, estos andadores les ayudan a desplazarse. Pero no conviene abusar de ellos, ya que pueden afectar al desarrollo natural de la capacidad infantil para caminar.
Los accidentes más frecuentes con los andadores son los vuelcos o caídas, sobre todo cuando la superficie es irregular. Y hay que tener en cuenta que los daños producidos por estos golpes pueden ser “muy graves” al incluir lesiones en la cabeza.
Según datos de Child Accident Prevention Trust, los andadores provocan más accidentes que cualquier otro artículo para niños. Y para la comisaría de Protección al Consumidor, Meglena Kuneva, aunque la protección última del menor corresponde a los padres o adultos, «las precauciones adicionales de seguridad en la frabricación de productos infantiles son esenciales».