Hay accesorios que resultan imprescindibles a la hora de tener un bebé. Uno de ellos, y para mí muy importante, es el babero.
Los baberos de los bebés tienen varias funciones, aunque la principal y más utilizada es para evitar que el niño se ensucie o se manche al darle de comer. Más adelante, también nos sirve para que no se moje de babas y pueda coger frío.
Cuando son recién nacidos o tienen pocos meses, lo ideal es un babero pequeñito que se ponga fácilmente y que no moleste demasiado al bebé.
Conforme se van haciendo mayores, podemos ponerles baberos más grandes que le cubran todo el pecho y la barriguita para evitar tener que cambiarle de ropa.
Y cuando los bebés empiezan con la cuchara, ya sea de purés, papillas y más sólido después, os recomiendo los baberos de plástico y a ser posible con mangas. Es uno de los mejores inventos para los bebés.
Con estos baberos, los niños no se manchan y son muy fáciles de limpiar: únicamente hay que pasarle un paño húmedo para limpiarlo y listo para utilizarlo en la próxima comida.
Yo le compré uno a Álvaro y es buenísimo. Lo utilizo en casa y me lo llevo a todos los sitios cuando salgo. Siempre lo tengo a mano para utilizarlo y mi bebé siempre está limpito.