Hoy estoy muy contenta. Creo no equivocarme si os digo que Álvaro ha dado un gran paso en su desarrollo, y eso que todavía no ha empezado a andar, de hecho, todavía no se mantiene en pie.
A la hora de comer, me lo he entrado conmigo a la cocina y lo he dejado en la trona mientras le preparaba el puré. La verdad que ahí se entretiene mucho y como yo estoy junto a él, diciéndole cosas y jugando, pues le gusta.
Cuando realmente he sido consciente del gran cambio es cuando jugando con un arito que tiene, lo ha dejado caer y lo ha cogido mirándolo sorprendido, y ha estado repitiendo lo mismo varias veces. Me he quedado a cuadros.
Siempre he leído que los bebés al principio, cuando empiezan a coger objetos, no saben soltarlos, ya que todavía no han aprendido ese acto. Si lo sueltan es porque ya no les interesa y se les cae o porque le ofreces otra cosa que le gusta más y en un acto reflejo inconsciente abren la mano para alcanzar lo otro dejando caer el que tenían.
Así que cuando le he visto coger y soltar el aro varias veces, otra vez me ha hecho ser consciente de lo rápido que pasa el tiempo y de la capacidad de aprendizaje que tienen nuestros bebés.
Este acto está dentro de lo que conocemos como desarrollo psicomotriz, es decir, la progresiva adquisición de habilidades, conocimientos y experiencias del bebé.