Mi hijo crece por momentos. Cada día hay algo nuevo, algún pequeño detalle que me hace pensar que el tiempo pasa demasiado deprisa.
Hoy he sentido una gran satisfacción. Muchas veces había soñado con que un día mi hijo me lanzara los brazos pidiéndome que le abrazara o simplemente que le cogiera. Pues bien, ese momento ha llegado.
Estábamos jugando en la cama cuando de pronto me miró con sus grandes ojos y estiró los brazos hacía mí con carita suplicante para que lo cogiera.
No pude evitar sonreír y cogerle para apretujarle contra mí. La verdad es que es muy importante no perderse ningún detalle del día a día de tu bebé y yo, de momento, tengo la suerte de poder hacerlo.
El día que diga mamá ya será increíble.