Diario de una madre

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El baño del recien nacido

baño del recien nacido

Baño del recien nacido

El primer baño de Álvaro fue un poco traumático. Nada más dejarle desnudito empezó a llorar pero fue el momento de entrar en contacto con el agua cuando lloraba más fuerte y no paraba de moverse.

Nunca imaginé que ese primer baño fuera así. Pero no sólo eso, sino que los siguientes fueron más o menos igual hasta que, pasadas unas semanas, fue cogiendo confianza y empezó a disfrutar de su baño diario y a relajarse.

Es curioso, al principio no para de llorar y al cabo de unas semanas no quiere salir del agua. Además, parece que cuando se acerca la hora del baño, el niño empieza a impacientarse y a estar un poco empachoso, y es que, debe estar pensando en lo relajadito que se quedará en cuanto le bañemos y por eso se pone así.

En su primer baño, apenas sabía cómo sujetarlo para que no se me resbalara, además de procurar que la cabecita no se le fuera para ningún lado y, por si fuera poco, con el niño llorando. Tienes que intentar estar tranquila para transmitir seguridad al pequeño.

Conforme fui cogiendo práctica, estaba más segura y todo el proceso empezó a ser más fácil y rápido y hasta me permití el lujo de jugar con él, echarle sus juguetes al agua para que los fuera mirando, decirle cositas, etc.

Yo os recomiendo que las primeras semanas siempre lo bañéis con su papá o con alguna persona que esté con vosotras, ya que el niño se mueve mucho y no es tan fácil como parece.

Si tu pareja está contigo, uno de los dos ha de sujetar al bebé por la espalda y sostener la cabeza con una mano, mientras que el otro, primero le lava el pelo y después, con la esponja enjabonada, el cuerpo y siempre empezando desde arriba hacia abajo.

Los primeros baños del bebé son complicados porque el niño se siente inseguro al contacto con el agua, pero no os preocupéis porque es normal y en unos días le encantará.

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