Lactancia materna

Una vez has dado a luz y tienes a tu bebé sobre ti, es conveniente ponerlo al pecho lo más rápidamente posible, bien en la misma sala de partos, bien en cuanto te trasladen a la habitación. Esta es la que se considera la primera toma del recién nacido.

La postura no importa, aunque después del esfuerzo del parto, tumbada con el bebé encima o de lado, son las únicas posturas que nos permite nuestro estado.

Puede darse el caso de que no quiera comer, o de que simplemente, no sepa  muy bien lo que tiene que hacer, pero en cuanto descubra el calor de su madre y lo a gusto que está mamando, se relajará y querrá estar junto a su madre en todo momento.

Esta primera toma de contacto es muy importante para la relación afectiva que se crea en este preciso instante. El bebé conoce la piel de su madre, su olor, su voz y su tacto, creando un vínculo tan fuerte como especial. A partir de ese momento, el calor de su madre será lo que más le aliviará y consolará cuando le pase algo.

Lo primero con lo que se alimentará el recién nacido es con lo que se llama calostro, un tipo de leche amarillenta y espesa que será suficiente para alimentar al bebé los primeros días, aportándole las defensas, proteínas, minerales y vitaminas suficientes hasta la subida de la leche, que se producirá en los próximos días.